Edad al primer parto...¡¡sin sacrificar Vaquillonas!!

Ing. Zoot. FLORENCIA ZABALAGA

Consultora privada

zabalagaf@gmail.com

Dentro de una coyuntura muy variante; el productor debe ajustar a nivel empresa lo máximo posible, para sumar productividad y mejorar los rendimientos. En este contexto, optimizar el crecimiento de las terneras, es de vital importancia para el logro económico del tambo.

La producción lechera, es una actividad de una complejidad importante; ya que se trata de una actividad que por el nivel de intervención humana se clasifica como “INTENSIVA”; pero que aun se practica bajo condiciones ambientales que no están reguladas, y con una inclusión de tecnología de capital que no corre a la velocidad de la mejora genética de los rodeos.

Numerosos trabajos científicos, dan cuenta de la importancia de lograr partos; entre los 22 y 24 meses; momento en el cual se observa una mejora productiva, lactancia TOTAL de esas
vaquillonas/vacas. Esto se logra, siempre y cuando; podamos cumplir con los objetivos necesarios de un óptimo desarrollo de esas vaquillonas; que permitan lograr los primeros servicios dentro de los 15-16 meses de edad. Retrasos en la edad al primer parto, no solo impactan en la producción de leche; sino que también nos suman animales “improductivos” al rodeo.

Primer servicio alos 15/16 meses, se llega desde la guachera

El logro de vaquillonas bien desarrolladas y sanas; se inicia desde GUACHERA, la precisión y mejora que se logro en esta categoría; debe seguirse para no perder el trabajo logrado en los primeros meses de vida. Si bien, como comentaba, ha habido mejoras en los resultados de crianza inicial, aun quedan puntos que entender para poder optimizar la conversión de los primeros meses de vida.

Para lograr esto, un poco de fisiología que debemos entender y así; no cometer errores en el trabajo.

En primer lugar, sepamos que el proceso de “CRECIMIENTO”, no responde de manera “lineal” a nivel de los órganos, sino que hay “ONDAS DE CRECIMIENTO” que nos definen, cómo se destinan los nutrientes. En relación a la GLÁNDULA MAMARIA; que es el órgano que nos interesa; estas ondas se comportarían de la siguiente forma. La fase ISOMÉTRICA de crecimiento, el ritmo de crecimiento de la glándula mamaria es el mismo en relación al resto del cuerpo, mientras que en la fase ALOMÉTRICA, este órgano crece a un ritmo de entre 2 a 4 veces mayor. Conocer en qué momento se suceden estas ondas, permitirán un crecimiento y desarrollo adecuado. Relacionando estas fases con las “categorías”; las mismas serían de la siguiente forma:

1º Fase ISOMÉTRICA Nacimiento a los 3 meses de edad 800-900 d/día

1º Fase ALOMÉTRICA 3 meses de edad – Pubertad (10-13 meses) 600-700 g/dia.

2º Fase ISOMÉTRICA Pubertad al 1º tercio de gestación 700-800 g/día.

2º Fase ALOMETRICA 1º tercio gestación-PARTO 500-600 g/día.

Conocer estos ritmos, nos ayuda a entender la importancia de sostener una nutrición que permita altas tasas de ganancia de peso; sin generar engrasamiento de la glándula mamaria. En la medida que respetemos el aporte de proteína para cada fase; que se destina a músculo, principalmente, no debiéramos generar complicaciones. Como puede verse en el cuadro; las tasas de ganancia de peso, son superiores al medio kilo diario; siendo la última fase la menos exigente.

Primer paso: desarrollar el rumen

Pero volviendo al OBJETIVO per se de CRIAR; tengamos en cuenta que la ternera nace como MONOGÁSTRICO; y debe desarrollar su rumen. La importancia de un buen desarrollo ruminal, radica, en que luego el resultado de la fermentación, tanto de la fibra, como del resto de los alimentos tendrá su centro allí. Del resultado de la fermentación de los alimentos, tendremos un crecimiento (traducido en ganancia de peso y medidas de desarrollo); determinado; y no olvidemos que es el PESO Y DESARROLLO; los parámetros sobre los cuales tendremos que basar nuestras decisiones de 1º servicio. En este sentido, surge el concepto de “CRECIMIENTO TARGET”; el cual basa la evaluación del crecimiento, en relación al PESO MADURO de las vacas. De esta manera, cada etapa deberá responder a un porcentual de este “peso final”.

Teniendo en cuenta este punto; el mantener el consumo estimulado, y manejar en la medida de lo que cada sistema productivo permita; el stress se traducirá en crecimientos sostenidos. Un buen inicio, es mejor que corregir sobre la marcha. A continuación, listaremos los puntos que debemos enfocarnos para poder optimizar, una etapa que presenta una buena “devolución” de los recursos.

1- Lograr un buen calostrado. Recordemos que la ternera nace “inmunosuprimida”, y el calostro es la fuente de las inmunoglobulinas que necesita para afrontar el desafío del “medio externo”. Enfocarse en la CALIDAD del calostro y en el MOMENTO de suministro (entre las 4 horas de nacido).

2- Mejorar la oferta de alimento. Recordemos que la ternera es un monogástrico, y lactante en sus primeras 3 semanas de vida. Plantear la posibilidad de adoptar un sistema acelerado de crecimiento (suministros de leche del 12% del PV),y regularlo en función al crecimiento. De esta manera, no solo acompañamos el crecimiento, sino también el consumo de alimento sólido.

3- Estimular y sostener el consumo de BALANCEADO. Para lograr este objetivo, es fundamental el suministro de agua LIMPIA y FRESCA, durante el proceso de crianza, ya que hay una correlación directa entre el consumo de alimento sólido y el de agua.

4- Control ambiental. Tanto las bajas temperaturas, como las extremas; plantean un desafío para la ternera, elevando sus requerimientos de mantenimiento lo que disminuye la respuesta de crecimiento. En épocas estivales, la exposición directa al sol y a altos índices de temperatura y humedad; disminuyen el consumo de alimento sólido. Plantearse la necesidad de contar con estructuras (medias sombras, techos etc.) que nos permitan “manejar” estas inclemencias, y sostener una estabilidad en el crecimiento.

5- El objetivo de la GUACHERA, es el logar una ternera con un rumen lo más desarrollado posible. Este objetivo, está directamente asociado, a la capacidad de consumo de balanceado, por lo cual; si bien uno busca fijar un tiempo de salida de 60 días; apoyar la decisión de desleche; en un meta de consumo de sólido de al menos 1 kg/día, durante 2 días consecutivos.

6- Incorporar la rutina de medir peso, y su evolución. Al menos, se recomienda controla el peso de ingreso a Guachera y el de salida; para conocer qué ritmo de ganancia diaria tenemos, y ajustar en relación al “TARGET” que definimos. Ganancias de peso promedio del ciclo, de 600 gr/día, serían las adecuadas en esta categoría.

Recrías

Cuando nuestras terneras pasan a las categorías de recría, su alimentación se apoya básicamente en alimento sólido; y ya comenzamos a introducir fibra en una mayor cantidad. Los primeros 30 días post desleche (o los 90 días); el rumen sigue desarrollándose, y por este motivo el aumento de la oferta de balanceado debe ser paulatino .El ritmo de crecimiento debe ser aún constante, por lo que cuidar aquellos factores que generen estrés, es importante. Tener en cuenta, el manejo de tropas chicas al principio (al menos una semana), y respetar un buen frente de comedero. En lo posible, lo mejor es trabajar con fibra molida; de unos 4-6 cm y mezclada con la ración; pero de no poder, tener en cuenta la disponibilidad y que sea PALATABLE! Llevar un buen registro de ingreso de terneras a esta categoría, e ir siguiéndolas; en los movimientos que hagamos. Se pueden aprovechar las aplicaciones de vacunas del plan sanitario (cada 30, 45 días), y también trabajar en mantener tropas homogéneas.

El cuadro muestra los requerimientos por peso de las terneras. Como puede observarse, la eficiencia de conversión, siempre es mayor en animales más jóvenes. Para sostener altas ganancias de peso, sin generar inconvenientes en el crecimiento, es importante considerar los requerimientos proteicos, y sostener una relación energía: proteína, adecuada.

No olvidarse de los “target” que definimos, y de no poder evaluar el peso vivo del animal, también es importante tener un registro del tipo de crecimiento. Medidas de alzada a la cruz, o de ancho de cadera, son útiles para evaluar nuestros planes nutricionales. La Universidad de Pennsylvania; elaboró una serie de curvas; en función a mediciones tomadas del rodeo de USA; que permiten evaluar la evolución del rodeo, o bien la performance individual de nuestras terneras.
Nuevamente, generar el hábito de control, mediante medidas sencillas y con frecuencias lógicas, permiten evaluar y generar los ajustes necesarios.

En relación a los costos, y frente a un año que mostró el potencial forrajero; trabajar nuestras recrías en base pastoril, es una opción a considerar. Deberemos tener en cuenta, las variaciones estacionales, no sólo en cantidad sino en calidad para suplementar y sostener el ritmo de crecimiento necesario.

PARA FINALIZAR…

  • En relación a los costos, y frente a un año que mostró el potencial forrajero; trabajar nuestras recrías en base pastoril, es una opción a considerar.

  • Deberemos tener en cuenta las variaciones estacionales, no sólo en cantidad sino en calidad para suplementar y sostener el ritmo de crecimiento necesario

 

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