19-06-2020

Ganadería

¿Cómo sostener las ganancias otoñales?

Ing. Agr. Daniel Méndez-INTA Villegas

Al igual que todos los años, con la llegada del otoño se instala en los invernadores el temor a las bajas ganancias de peso en terneros y novillos. Temor que es absolutamente comprensible ya que, históricamente, en dicho trimestre se registran las menores producciones de carne de todo el año, originadas en ganancias de peso que rara vez superan los 0,200 kg/animal/día.

Las deficiencias en calidad y, más concretamente, el desbalance entre el contenido de proteína y energía han sido el punto sobre el cual se ha centrado, casi con exclusividad, la responsabilidad del problema, como lo demuestra la abundante bibliografía disponible. La utilización de suplementos como granos de cereales (o algunos de sus subproductos) o reservas de calidad, es decir con más de 65% de digestibilidad, permitirían corregir el problema y por consiguiente mejorarían la respuesta animal. Sin embargo, esas bajas ganancias de peso se dan casi inevitablemente año tras año en una amplia gama de situaciones que involucran diferentes condiciones climáticas, de alimentación, de recursos forrajeros y de manejo. En otras palabras, el problema de otoño es sumamente complejo debido al gran número de factores que intervienen en su manifestación, por lo que reducirlo exclusivamente a un problema de desbalance, como tradicionalmente se lo ha hecho, resulta en una sobresimplificación peligrosa.

Dada la importancia de este problema, en la EEA Gral. Villegas del INTA, se han desarrollado durante más de 15 años una serie de ensayos con el objetivo de evaluar diferentes estrategias de utilización de verdeos invernales. Fundamentalmente se ha trabajado en la caracterización de los desbalances en la composición química de la materia seca, su influencia en la ganancia de peso y cómo corregirlos mediante la suplementación. Al respecto la información indica que, con asignaciones de materia seca de un forraje característico de otoño superiores al 2,5% del peso vivo, los desbalances en la composición química del forraje, si bien afectan la ganancia de peso, no serían limitantes para obtener ganancias, tanto en terneros como en novillos, de 0,760 kg/animal/día. Estos valores resultan superiores a los que usualmente ocurren en los planteos de invernada. Erro­res en la pesada, falta de medición de la asignación forrajera y utilización de suplementos no adecua­dos son algunos aspectos que según se ha podido demostrar, también condicionan la respuesta animal en esta época. De todos ellos, las limitaciones en el consumo originadas en asignaciones insuficientes de forraje parecerían ser la causa más relevante que limita la ganancia de peso en los planteos reales de producción. En esos mismos trabajos se determinó que la suplementación con grano de maíz al 1% del peso vivo mejoró sola­mente en 84 g/animal/día la performance de los testigos. El principal efecto de la suplementa­ción fue el aumento de la receptividad del verdeo debido a la sustitución que en promedio fue de 542 g de pasto por kg de grano suministrado.

Otros aspectos que fueron evaluados son:

  • inclusión de silo de maíz como complemento de verdeos,
  • el efecto del nivel de fertilización nitrogenada de verdeos sobre la respuesta animal,
  • efecto del encadenamiento de especies sobre la distribución de la producción de forrajes,
  • efecto del encierre nocturno y
  • efecto de la categoría animal

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